mediodía de domingo.
el ciclo del fósforo y el moulin rouge que protagonizaremos con las amigas en la fiesta del barco del sábado.
el corset con lentejuelas y los tacos de charol rojos, y la concentración de amonio en los sedimentos.
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un finde muy casero, en piyama, mini facturitas y mates con C, la revista elle, los cargos de conciencia por la esbeltitud perrísima de juanita viale y nosotras con un mini vigilante atragantado.
sólo me he permitido la salida del jueves, al bar de siempre y los camparis con naranja que me dieron tanta felicidad, y me rogaron por la siesta del viernes con lluvia.
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y como le dije a C, te vi nene, te vi por la calle y me quedo tonta porque a pesar de tus boberías, siempre me gustó tanto estar al lado tuyo. desde el asiento de copiloto, teniéndote de pilotín, haciendo milanesas con arroz, de rockstar confundidísimo, de amiguito del colegio que me escribe para que mire la nieve por la ventana, del oficinista de traje que me acompaña a casa, sin olvidarse de los red hot en tu depto, johnny cash en lo de tus viejos, los frusciantes en el auto en la fiesta de la peluca rosa, y las miles de lluvias por las ventanas de las cuatro casas que andábamos.
que porquería.
igual me la banco tony, no íbamos juntos. nunca fuimos.
